Agua Tóxica
- Leonardo Wild
- Jun 8, 2020
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Por Leonardo Wild

No hace falta decirlo: agua tóxica no es buena para los seres humanos. Si la bebemos —si tenemos que ingerirla porque no nos queda otra opción—, vamos a caer enfermos.
No obstante, existen situaciones en las cuales este tipo de agua puede ser tóxica pero no de una manera visible y palpable porque los elementos adheridos a su matriz molecular no actúan de inmediato, o no están presentes en cantidades tales que surtan un efecto a corto o inclusive a mediano plazo, pero sí a largo plazo.
Lo primero que viene a la mente cuando se habla de agua tóxica son contaminantes químicos y contaminaciones microbianas.
En los lugares donde la gente busca su agua en las fuentes superficiales como en los ríos —especialmente cerca de campos petroleros o industrias—, el agua puede contener elementos tóxicos, algunos de los cuales no se pueden ver, oler, o inclusive saborear. Otros químicos dejan sabores u olores desagradables, pero si no existe otra fuente de agua, la gente se ve obligada a beberla sin tratamiento, o con tratamientos mínimos que no garantizan su salubridad.
Algunos piensan que la ebullición será suficiente para convertir este tipo de agua en potable (tomable). Tal vez incluso utilizan algún tipo de sistema de filtrado, pero no todos los sistemas de filtración pueden convertir agua tóxica en apta.
La misma agua de la ciudad, considerada legalmente apta para el consumo humano, puede tener diferentes calidades en diferentes puntos de entrega, dependiendo de cuáles son las tuberías por las que ha viajado, y cuáles han sido los productos químicos utilizados para hacerla potable (tales como el hipoclorito de sodio, también conocido comúnmente como "cloro"), y su reacción con los metales y los plásticos utilizados en la red de entrega de agua. Inclusive en cada casa puede tener un tipo de agua diferente —molecularmente hablando—, aunque la fuente sea la misma en todas. O sea, incluso el agua que pueda ser considerado apta para el uso y consumo humano podría ser tóxica debido a las rutas y sistemas de dispendio.
Las regulaciones buscan establecer los límites máximos de compuestos físicos, químicos y/o biológicos presentes en el agua para que esta pueda ser considerada apta y no tóxica para el consumo humano.
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